LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO COMO UNA NUEVA ERA EN EDUCACIÓN
Las sociedades han transitado en la huella que señala sus
características en la que la educación también se ha visto afectada.
La primera revolución industrial la educación se enmarco en modelos
relacionados con la forma de desarrollo social-económico, centrada en métodos y
actividades para aprender contenidos. El objetivo central era preparar personas
que supieran leer, escribir y contar.
La segunda revolución, demando una educación orientada al personal para
funcionar en el trabajo. Es así, que lo importante es conocer secuencias de
tareas, que corresponden al método y las actividades, que se fortalecen en
contenidos limitados.
Posteriormente, la taxonomía de Bloom, centrada en lo qué se aprende. No
interesa el cómo y el para qué. Lo anterior se centra en un paradigma
conductista, que manifestó una tendencia hacia el uso de la persona en función
de su uso en la era industrial.
En conocimiento de lo anterior, las sociedades iberoamericanas en busca
de un cambio de paradigma ante los nuevos desafíos para el hombre y la sociedad
del conocimiento comenzó e intentó aplicar cambios en sus sistemas
educativos. La mala imagen y copia fue
la educación en España.
Las aplicaciones se convirtieron en copias del modelo conductista de la
época industrial escondidos o enmascarados en un currículo olvidando el para
qué y el cómo se aprende.
Desde una visión objetiva hay áreas donde todos concuerdan, pero lo
relevante son sus diferencias que impiden el verdadero cambio: psicologismo
excesivo, error en la definición y fuentes del currículo mal diseñadas, mal
planteado la transversalidad de valores, entre otros.
Finalmente, la nueva visión que se contrapone con lo anterior se centra
en un paradigma sociocognitivo que incorpora la sociedad del conocimiento al
escenario de la globalización.
La globalización incorpora a la sociedad un cambio de perspectiva, ya
que, todo “se comparte”. El aislamiento local va desapareciendo y se abre un
camino nuevo centrado en avances tecnológicos, multinacionales e
interdependencia de información, negocios y decisiones. En ese contexto la
educación también se ve afectada y partícipe.
Es importante señalar que la globalización afecta a las personas y la familia y de alguna manera nos dibuja iguales a todos en función de intereses globales.
Otro ámbito donde la globalización afecta de forma contradictoria es la
cultura. El grupo social cultural y la pertenencia a una comunidad desaparecen.
Pero de igual forma, se conocen nuevos grupos con los cuales se enriquece.
Para integrar lo global con lo local Martiniano Román, plantea que debe dirigirse
hacia lo “glocal”, integración adecuada entre lo local y global. Esta acción
únicamente se efectuará desde la propia identidad cultural. El lugar dónde esta
acción puede desarrollarse es en la escuela donde conviven la identidad y la
diversidad.
La escuela debe construir proyectos educativos institucionales con
visión “glocal” con identidad propia
integrando diversidad e identidad.
También se debe “hibridizar” la cultura, es decir, entrecruzar o
interconectar elementos sociales, culturales y políticos diversos. Por lo
anterior, la escuela debe replantearse el nuevo escenario multicultural para
adaptarse a la sociedad del conocimiento.
La cultura también se ha transformado por medio de la información. La
comunicación sobrepasa fronteras y tanto dato lleva a actuar donde sólo lo útil
sirve y es valioso. Por lo cual la educación debe considerar otra realidad
cultural y a ella debe adaptarse en su proyecto educativo.
Es relevante señalar que la cultura local y la cultural global deben
trabajar en forma conjunta con la cultura oficial en el ámbito del proyecto educativo para
efectivamente adaptarse a todo este nuevo paradigma.
La escuela y la realidad deben reencontrarse en un nuevo marco de
entendimiento que en esencia es ser capaces de desaprender lo aprendido.
El conocimiento es la fuente o materia prima de la globalización, el
capital humano. Personas más preparadas, educadas, con mayor conocimiento,
mejor dicho los elementos inmateriales de materia gris o neuronas es lo que realmente nos desarrolla.
Curiosamente, como dice Martiniano Román “el conocimiento se convirtió en el factor productivo por excelencia”, por lo tanto, podríamos agregar como comentario que siempre es producción.
Curiosamente, como dice Martiniano Román “el conocimiento se convirtió en el factor productivo por excelencia”, por lo tanto, podríamos agregar como comentario que siempre es producción.
Por lo cual, la escuela se ve en la necesidad de incorporar el valor
agregado de ser una entidad que genere y aplique conocimiento y dejar de ser
una institución que sólo entrega
conocimiento.
Las reformas educacionales en los países deben guiarse por este
concepto: el conocimiento como herramienta de crecimiento y la comprensión del conocimiento. Para esto
se deben comprender las siguientes particularidades: el aprendizaje sustituye a
la enseñanza, las organizaciones aprenden y las comunidades profesionales
aprenden, debe generarse un pensamiento sistémico, nueva comprensión del
conocimiento y preparar a la sociedad para un pensamiento humanista.
En relación a la escuela y su
proyecto educativo, el conocimiento y la globalización se deben plantear de una
nueva forma.
En primer lugar los objetivos: nuevos objetivos ante el nuevo tipo de
escenario; herramientas para aprender y seguir aprendiendo; replantearse los
valores.
En segundo lugar los contenidos:
se deben entender como formas de saber; diferenciar entre datos, información y
conocimiento; seleccionar los contenidos; capacitarse en absorción y
codificación acciones básicas para crear conocimiento.
En tercer lugar los métodos: saber sin saber cómo no tiene sentido;
saber aplicar el conocimiento; el saber cómo debe ser un proceso mental.
En conclusión, los objetivos, los contenidos y el método son medios para
desarrollar capacidades y valores.
La materia prima de la sociedad del
conocimiento tiene 3 características relevantes:
1. El valor agregado del conocimiento:
el conocimiento es poder, además lo relevante es producir más conocimiento;
todos pueden adquirirlo y produce la dicotomía que trae más igualdad pero
también más desigualdad, finalmente un aporte físico importante es el televisor
y el computador.
2. Organizaciones que aprenden: implica
delimitar que quiero ser cómo institución, cómo gestionarla y cómo evaluarla.
Adaptarse a los cambios modificando su conducta; la gestión cotidiana debe ser
operativa; abrirse a nuevos enfoques; aprender del pasado y los demás;
transmite y escucha el conocimiento. Una organización así, parafraseando a Mayo, es innovadora, respalda a sus empleados, crea cultura organizacional.
3.
Organización inteligente: crea
conocimiento e intercambia información. Trabaja con su capital humano, estructural y activos
intelectuales; la información y el conocimiento son a la vez materia prima y fruto del trabajo. Un
trabajador intelectual modifica su organización y aporta con su capital
intelectual en aquella organización que lo use y reconozca.
Por lo tanto la escuela actual está siendo
reemplazada por una escuela inteligente, donde el objetivo primordial es el
capital intelectual que crea conocimiento. Se intenta pasar del qué aprender a
una unión entre el cómo y sobre todo el para qué aprender. Finalmente, la
escuela inteligente implica que se deben desarrollar herramientas para aprender
y seguir aprendiendo, que potencie capacidades sistémicas y sintéticas y saberes en forma de
habilidades.
Cambiar de paradigma es transformar la escuela y
su currículo. Debe reconstruirse en base a la sociedad del conocimiento y para
ello debe utilizarse el modelo T como inicio de una visión nueva a la sociedad del conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario